Migrantes climáticos, una realidad para acercar y reflexionar…y cambiar

El viernes por la tarde estuvimos en el encuentro organizado por ENLÁZATE POR LA JUSTICIA en Caixa Fórum Madrid donde se hacía una interesante reflexión sobre la realidad de los Migrantes Climáticos, desde varios puntos de vista, incluido de quién ha migrado (se contó con un testimonio de Mbaye Sene, un pescador senegalés) y de quién tarde o temprano deberá hacerlo , presentándose los hitos más importantes del estudio realizado por periodistas  de InspirAction en el Corredor Seco de Centro América, con un gran hincapié en el impacto sobre la mujer.

La intervención de Víctor Viñuales, de ECODES, marcó el pistoletazo de salida a una tarde que no nos dejó indiferentes y de la que nos llegó el eco aún durante la mañana de este lunes, el último de la cuesta de enero.

Decía Víctor Viñuales, cofundador y director de ECODES, que el 92% de las víctimas del cambio climático son de países desfavorecidos. Justamente, las que menos emisiones tienen en su cuenta de haberes y las que menos responsabilidad tienen. Es curioso. Y, sobre todo, es curioso cómo una potencia como los Estados Unidos, muy responsable de lo que puede estar ocurriendo en muchos lugares, vuelve la vista a la realidad sintiéndose ajeno a todo, desde la llegada de Trump a la Casablanca.

En este sentido, el cofundador de ECODES contaba la importancia de empatizar, de poner nombre a todos estos migrantes climáticos – porque resulta complicado distinguir de qué huyen. No incluirlos bajo el paraguas, cómodo, pero terriblemente triste de “los otros”, “los refugiados” o, peor aún, reducir a estas PERSONAS a meras estadísticas y cupos que parece que se convierten a veces en una suerte de patata caliente sobre la que ningún gobierno quiera hablar demasiado porque siempre están ocupados con elecciones.

Así, decía Viñuales que la primera propuesta que tiene la organización es ponerles un nombre para “corregir la miopía de la compasión”. Acercar, por un lado, a estas personas y su realidad, y, por otro, propiciar el cambio, ese cambio transformador que es necesario y al que la sociedad ya va tarde si se quiere frenar este problema que se presenta, el gran reto de combatir el cambio climático, “porque la esperanza viene de la acción”.

La agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcan lo que debe ser prioritario para todos y son objetivos que no pueden entenderse como autónomos. Están infinitamente conectados, mucho más de lo que uno podría llegar a imaginar. Y cada país debe ser responsable y consecuente con su porción de culpa, debe existir una proporción directa con lo que cada uno genera porque “si lo pagamos a escote, es posible. Si hay mucho gorrón, no”, afirmaba Viñuales, finalizando así su intervención.

Tras ella, hubo un espacio de debate sobre cómo la sociedad puede evitar que haya más migrantes climáticos: cambiando el modelo de consumo, llegando a compromisos, involucrando a todos los agentes, incluso los que, por otro lado, más contaminan. Ninguno se puede quedar atrás. Nosotros tampoco.

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