Crisis de marca: A todo cerdo le llega su san Martín

En realidad, hemos puesto este título para hacer un juego de palabras sobre los temas más hablados de las marcas, que nadie se sienta ofendido, a menos que no se sienta aludido. Parece que nadie se salva, desde El Pozo hasta Oxfam, de las crisis corporativas (¡y de honor!). No hay que olvidarse tampoco de Lactalis, cuya crisis no sólo no se ha terminado sino que están saliendo nuevas denuncias porque el gigante lácteo parece que, aun estando en conocimiento de la contaminación de la fábrica de Craon, siguió, como si nada.

Pero Lactalis puede dar gracias porque, por lo que concierne al sector agroalimentario, su nombre hace sombra a El Pozo. Es más, esperamos que el departamento de marketing de Lactalis haya aprendido que si Évole llama, hay que atenderle. Porque se lía, se airean trapos sucios que son tan sucios que, a veces, no se pueden defender de ninguna manera.

Trabajando también en el sector de la agroalimentación, el programa de Évole ha producido un efecto dominó y ha puesto en discusión muchos aspectos, no sólo de bienestar animal, también de condiciones de trabajo y otros temas que no vienen al caso. Sin entrar en la veracidad de la granja en cuestión, lo cierto es que un sector como es el porcino se ha visto dañado por el reportaje hecho en una sola explotación.

¿Alguien va a hacer algo? ¿Se está haciendo bien? Es una crisis de libro. Y en esos libros que se estudiaban en comunicación, se afirmaba que los responsables no pueden tener el síndrome del avestruz. No vale hacer un spot publicitario profundo hablando del tiempo, de los valores de la marca y emitirlo en prime time, no vale con eso. Y no vale con que luche sólo una marca. Si algo se ha hecho mal, se debe reconocer y si no hay nada que ocultar, entonces no hay que panicar.

Nos preguntamos si las escuelas de marketing van a estudiar esto este trimestre. Pero no sólo El Pozo o Lactalis. Oxfam también. Una marca que debería ser sinónimo de responsabilidad, de ayuda, de amor, de bienestar, se ha convertido en un horror. Estos no son trapos sucios, son sábanas, tollas y tripas sin fin que salen y no acaban. Cada día se descubre algo nuevo. ¿Creará otro efecto dominó? ¿Basta con la declaración de la subdirectora de Oxfam en el telediario? ¿La sociedad olvida?

Es más, ¿cómo se puede atajar una crisis de esta índole en la era de las redes sociales, en esta era? ¿Qué habríais hecho? ¿O qué haríais?¿Siempre se está a tiempo de cambiar el rumbo?

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Un comentario

  1. Los escándalos en Oxfam pueden llegar a tener consecuencias irreversibles y las bajas de socios y partners ya se han dado de baja de la ONG. Tras esa noticia, Médicos Sin Fronteras ha preferido ser ella misma quien saque sus trapos sucios a relucir y afirma que en 2017 sancionó a 24 trabajadores tras recibir denuncias de acoso o abuso sexual dentro del entorno laboral.

    Muy buen artículo, amig@s!

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